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Anatomia y Funcionalidad
La próstata es una glándula de pequeño tamaño y con la forma de una nuez que se sitúa por debajo de la vejiga, cuyas dimensiones normales oscilan entre 3-4 cm en su porción más ancha, de 4-6 cm de largo, y 2-3 cm de espesor.
La próstata normal, en los hombres jóvenes, pesa alrededor de 20 gramos. A medida que el hombre envejece, la próstata va creciendo de forma benigna, originando la hiperplasia benigna de próstata (HBP) cuyas consecuencias urinarias son conocidas por la mayoría de los hombres de edad.
¿Para qué sirve la próstata?.
La próstata, junto a las vesículas seminales, constituye el órgano sexual secundario más importante en el hombre. Su papel principal es la secreción de una gran proporción de líquido seminal, que juega un importante papel en la fertilización: sirve de vehículo y nutrición para aumentar las posibilidades de supervivencia de los espermatozoides. Las secreciones de estas glándulas constituyen la mayor parte del volumen y composición química de parte del semen. La contribución de la próstata humana a un eyaculado medio representa del 15 al 30% del volumen total.
Anatomía de la Próstata.
La glándula prostática se compone de 30-50 glándulas que vacían su contenido en la uretra prostática (conducto que conecta la glándula prostática con la uretra vesical). La mayoría de los cánceres se desarrollan en la zona periférica de la glándula, es decir, la zona más exterior de la misma y es la que se puede palpar con el dedo. Todo el órgano se encuentra rodeado de una cápsula prostática fibrosa.
Ambiente hormonal de la glándula prostática
En el adulto, el tamaño de la glándula prostática se mantiene a través de un equilibrio entre el proceso de renovación (proliferación) y muerte celular (apoptosis). Este equilibrio está regulado por hormonas segregadas por el sistema endocrino, principalmente los andrógenos, de los cuales la testosterona es la principal forma circulante.
El entorno hormonal de la glándula prostática depende, en gran medida, de la parte del sistema endocrino que comprende el eje hipotálamo-hipófiso-testicular. El hipotálamo, una estructura arriñonada del tamaño de un guisante localizada en el cerebro, inicia una serie de eventos que llevan a la secreción de testosterona. El hipotálamo segrega una serie de hormonas que actúan sobre la hipófisis promoviendo la liberación de más hormonas.
Hipófisis
La hipófisis está situada en la base del cerebro y unida al hipotálamo como una cereza a su tallo. En respuesta a las hormonas segregadas por el hipotálamo, la hipófisis secreta la hormona luteinizante (LH), la foliculoestimulante (FSH) y la adrenocorticotropina (ACTH). Estas hormonas pasan a la circulación desde donde ejercen sus efectos sobre los testículos y las glándulas suprarrenales.
Testículos
Los órganos diana del eje hipotálamo-hipófiso-testicular son las gónadas masculinas o testículos cada uno de los cuales contiene una red de túbulos llamados seminíferos, que producen el esperma. Los testículos producen aproximadamente 5-10 mg de testosterona al día.
La testosterona, la hormona sexual masculina más importante, es responsable de la maduración de los órganos genitales y el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios del varón. El crecimiento y mantenimiento de la glándula prostática depende muy especialmente de la testosterona, un hecho de gran importancia para el tratamiento del cáncer de próstata.
Una pequeña proporción (aproximadamente 5%) de la testosterona plasmática total también es producida por las glándulas suprarrenales.
Control por retroalimentación negativa.
La testosterona controla su propia liberación a través de un efecto de retroalimentación negativa sobre el eje hipotálamo-hipófiso-testicular. Cuando aumentan los niveles sanguíneos de testosterona, el hipotálamo reduce la secreción de LHRH con el consiguiente bloqueo de la secreción de LH en la hipófisis. El efecto global es la reducción de la secreción de testosterona.