Cáncer de Vejiga

ANATOMÍA: LA VEJIGA NORMAL

La vejiga es un órgano pélvico hueco con paredes musculares elásticas que almacena la orina. La vejiga de un adulto medio tiene una capacidad de aproximadamente dos tazas de orina. La orina es producida por los riñones y luego es transportada a la vejiga mediante conductos llamados uréteres. De allí, sale de la vejiga a través de otro conducto llamado uretra. En las mujeres, la uretra es un conducto muy corto que termina justamente enfrente de la vagina. En los hombres, la uretra es más larga, pasa a través de la próstata y el pene para terminar en la punta de éste.

La pared de la vejiga se conforma de varias capas. Una capa de células recubre el interior de los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. A estas células se les llama células de transición o uroteliales, y por lo tanto, a esta capa se le llama urotelio o epitelio de transición. Debajo del urotelio, hay una capa delgada de tejido conectivo llamada lamina propria. La siguiente capa es de tejido muscular llamada muscularis propia. Más allá de este músculo, otra zona de tejido graso conectivo separa la vejiga de los otros órganos adyacentes. Estas capas son muy importantes para entender el cáncer de vejiga. A medida que el cáncer penetra o crece a través de estas capas hasta la pared de la vejiga, es más difícil tratarlo.

 CÁNCER DE VEJIGA, ¿QUÉ ES?

Los tumores de la vejiga se agrupan en varios tipos según su apariencia en el microscopio. El tipo de cáncer de vejiga puede definir las opciones de tratamiento. Esto se debe a que los diferentes tipos pueden responder de manera distinta a los tratamientos, tal como radiación y quimioterapia.

Los tipos principales de cánceres que afectan la vejiga son:

  • Carcinoma de células de transición (también conocido como carcinoma urotelial).
  • Carcinoma de células escamosas.
  • Adenocarcinoma.
  • Células pequeñas. 

Estos mismos tipos de cáncer también pueden crecer en otros lugares del tracto urinario, tal como el revestimiento de los riñones (que se conoce como tumor urotelial del tracto urinario superior), así como en los uréteres y la uretra. De hecho, los pacientes con cáncer de vejiga pueden ocasionalmente presentar tumores a otros niveles de la vía urinaria, por lo que debe ser estudiada cuando el primer tumor se diagnostique.

¿A QUIÉNES AFECTA LA ENFERMEDAD?

El cáncer de vejiga representa la neoplasia más frecuente del tracto urinario. Es tres veces más frecuente en hombres que en mujeres. La media de edad al diagnóstico ronda los 70 años.

El cáncer de vejiga se diagnostica con una frecuencia de casi el doble en las personas blancas que en las personas de la raza negra. En Europa, la incidencia más alta aparece en Europa Occidental y en las zonas del sur, seguidas por el norte de Europa. La incidencia más baja aparece en los países de Europa Oriental.

En el momento del diagnóstico, el 75% de los tumores vesicales son superficiales o no invasivos de la capa muscular. De ellos, un 40 a 70% recidivan y un 20% progresan a infiltrantes durante el seguimiento.

¿POR QUÉ SE PRODUCE?

Un factor de riesgo es aquel que cambia las probabilidades de que padezca una enfermedad como lo es el cáncer. Los distintos tipos de cáncer conllevan diferentes factores de riesgo. Por ejemplo, mientras la exposición a los rayos intensos del sol es un factor de riesgo para el cáncer de piel, fumar es un factor de riesgo para muchos cánceres, incluyendo cáncer de pulmón y de vejiga. Sin embargo, los factores de riesgo no lo indican todo. Si se tiene uno, o hasta varios factores de riesgo, no necesariamente significa que se desarrollará la enfermedad.

Muchas personas con uno o más factores de riesgo nunca padecen cáncer de vejiga, mientras que otras que ya tienen la enfermedad puede que no presenten factores de riesgo conocidos. No obstante, es importante conocer los factores de riesgo para poder tomar acciones apropiadas, tales como cambios en el comportamiento de la salud o someterse a una observación estricta para poder detectar un cáncer potencial. Debido a que la vejiga es un reservorio para la eliminación de diversos químicos del cuerpo, éstos representan los factores de riesgo principales para el cáncer de vejiga.

Tabaco

El mayor riesgo del cáncer de vejiga es fumar. La probabilidad de que los fumadores padezcan cáncer de vejiga es más del doble de la que tienen los no fumadores. El hábito de fumar produce casi la mitad de las muertes por cáncer de vejiga entre los hombres (48%) y casi una tercera parte de las muertes por cáncer de vejiga en las mujeres (28%).

Exposiciones en el lugar de trabajo

Ciertas sustancias químicas industriales se vinculan al cáncer de vejiga. Los productos químicos conocidos como aminas aromáticas, tales como la bencidina y la betanaftilamina, que se usan algunas veces en la industria de los colorantes, pueden causar cáncer de vejiga.

Inflamación crónica de la vejiga

Las infecciones urinarias, los cálculos renales y en la vejiga, así como otras causas de irritación crónica de la vejiga, se han relacionado con el cáncer de vejiga (especialmente con el carcinoma de células escamosas de la vejiga), pero no necesariamente causan este tipo de cáncer.

Genética

Las personas que tienen familiares con cáncer de vejiga tienen un riesgo aumentado de padecer este cáncer.

Quimioterapia y radioterapia

Las altas dosis de los medicamentos de quimioterapia, Ciclofosfamida e Ifosfamida, aumentan el riesgo de padecer cáncer de vejiga.

Las personas que reciben tratamientos con radiación de la pelvis tienen más probabilidades de padecer cáncer de vejiga.

¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?

El cáncer de vejiga puede a veces detectarse en sus etapas iniciales. Su detección temprana mejora sus probabilidades de que la enfermedad se pueda tratar con buenos resultados.

Diagnóstico clínico

  • Sangre en la orina
  • Cambio en los hábitos miccionales

Diagnóstico endoscópicoCistoscopia

Para este procedimiento, se introduce en la vejiga a través de la uretra un tubo delgado (un cistoscopio) que contiene una lente y una luz. Esto le permite al médico observar el interior de la vejiga.

Diagnóstico anatomopatológico 

Citología de orina

Se examina la orina obtenida ya sea por micción o por lavado vesical con un microscopio para detectar células cancerosas. El estudio de la citología urinaria constituye junto a la cistoscopia los pilares diagnósticos principales del tumor vesical no músculo invasivo.

Biopsia de la vejiga

Cuando una porción de tejido de un área anormal se extrae para determinar si contiene células cancerosas, a este procedimiento se le llama una biopsia. El tejido que se remueve se envía al laboratorio para que un patólogo pueda observarlo utilizando el microscopio.

Diagnóstico por imágenes

Urografía intravenosa (UIV)-cada vez se realiza menos

Consiste en una radiografía del sistema urinario, tomada después de inyectar un contraste especial en una vena. Este contraste es filtrado y eliminado por los riñones, pasando posteriormente a los uréteres y a la vejiga. Esto ofrece un mejor detalle del contorno de estos órganos en las radiografías y ayuda a encontrar tumores del tracto urinario. A este procedimiento se le llama urografía intravenosa.

Pielografía retrógrada

Para este procedimiento, se coloca un tubo (catéter) en la vejiga o en un uréter. Luego, se inyecta un contraste a través del catéter para facilitar la observación del revestimiento de la vejiga, los uréteres y los riñones en las radiografías. Al igual que la UIV, este estudio puede usarse para encontrar tumores en la parte superior del tracto urinario.

Tomografía Computarizada

La tomografía computarizada es un procedimiento radiológico que produce imágenes transversales tridimensionales del cuerpo.

Imágenes por Resonancia Magnética

Este procedimiento es similar al de una tomografía computarizada, pero emplea imanes poderosos y ondas de radio en vez de rayos X, para producir imágenes detalladas de secciones transversales.

Ecografía (ultrasonido)

El ultrasonido usa ondas sonoras para formar fotografías de los órganos internos. Puede ser útil para determinar la presencia de un tumor de vejiga, su tamaño, número y localización.

Gammagrafía ósea

Para este procedimiento, se inyecta una pequeña cantidad de sustancia radioactiva por vena. Esta sustancia se acumula en áreas de los huesos que contienen metástasis

¿CÓMO SE TRATA?

El mejor tratamiento dependerá de las características de las células tumorales, estadio de la enfermedad, edad y estado de salud general del paciente.

Los tipos principales de tratamiento para el cáncer de vejiga son cirugía, radioterapia, terapia intravesical y quimioterapia. Dependiendo en la etapa en la que se encuentra el cáncer, se puede administrar un tipo de tratamiento solo o una combinación de alguno de ellos. La cirugía, sola o con otros tratamientos, se utiliza en más del 90% de los casos.

Cirugía transuretral

Para cánceres en etapas tempranas o cánceres superficiales de la vejiga, la resección transuretral (RTU) es la cirugía más común. Para esta operación, se coloca un tipo de cistoscopio rígido llamado resectoscopio en la vejiga a través de la uretra. Debido a que el resectoscopio tiene un asa de alambre en su punta para remover tejido, el urólogo puede ver dentro de la vejiga y extirpar el tumor. El tejido extirpado se envía al patólogo para su análisis. Usualmente éste es el primer tratamiento, ya que aproximadamente un 70 a 80% de los pacientes tienen cáncer superficial cuando se les diagnostica por primera vez. Este procedimiento se realiza bajo anestesia general o regional, y no conlleva hacer un corte en el abdomen.

Los tumores de vejiga pueden también ser destruidos utilizando un cistoscopio y un rayo láser de alta energía.

Los síntomas postoperatorios tras una resección transuretral de la vejiga son generalmente leves y usualmente no duran mucho. Es posible que se presente sangre en la orina y algunas molestias inmediatamente después de la cirugía. Generalmente, el paciente puede regresar a casa el mismo día o el siguiente, y puede reanudar sus actividades usuales en menos de dos semanas.

Cistectomía

Cuando se diagnostica un cáncer infiltrante o músculo invasivo de la vejiga, puede que sea necesario extirpar parte o la totalidad de la vejiga. Esta operación se llama cistectomía.

Cuando se extirpa la totalidad de la vejiga se realiza una cistectomía radical. En esta operación se extirpa todo el órgano y los ganglios linfáticos cercanos. En los hombres, también se extirpa la próstata. En las mujeres, se extirpan a menudo los ovarios, las trompas de Falopio (los conductos que conectan los ovarios con el útero), el útero (la matriz) y una pequeña porción de la vagina junto con la vejiga.

Se usa anestesia general para cualquiera de los tipos de cistectomía. Estas cirugías se realizan a través de un corte (incisión) en el abdomen. Habitualmente, los pacientes posteriormente a la intervención quirúrgica deben permanecer en el hospital por alrededor de siete a diez días, pudiendo reanudar sus actividades usuales en cuatro a seis semanas.

Se pueden realizar varios tipos de cirugía reconstructiva, dependiendo del estado de salud general del paciente y de sus preferencias personales (siempre y cuando sea posible). El hecho de tener que extirpar la vejiga y crear otro sistema para drenar la orina también puede tener un impacto psicológico significativo. Resulta muy importante discutir estas opciones con el médico tratante para poder decidir el mejor tratamiento.

Preservación de la vejiga

En casos seleccionados, la vejiga puede ser preservada mediante la resección transuretral del cáncer junto con la radioterapia y la quimioterapia.

Cirugía reconstructiva

Una posibilidad consiste en remover una pequeña parte del intestino y utilizarla como conducto para que la orina pase desde los riñones hasta fuera del cuerpo. La orina fluye desde los riñones a través de los uréteres hasta un pequeño saco (bolsa) creado con el intestino. Este saco se conecta a la piel del abdomen mediante una abertura llamada estoma. En algunos casos, la orina se transporta continuamente hacia una pequeña bolsa colocada sobre el estoma. Un ejemplo de esto es un conducto ileal, el cual se crea de una parte del intestino delgado.

Otra manera de drenar la orina es a través de una derivación continente. En este caso, se crea como parte del procedimiento una válvula al saco creado con la parte del intestino. La válvula permite que la orina se mantenga almacenada en el saco y se vacía varias veces al día al colocar un tubo de drenaje (un catéter) en el estoma a través de la válvula. Algunos pacientes prefieren este método porque no requiere una bolsa en el exterior.

Un método más reciente encamina la orina de regreso a la uretra, para restablecer la eliminación de orina de una manera semejante a la normal. Una manera para hacer esto es mediante la creación de una neovejiga, un reservorio urinario hecho de una parte del intestino. Al igual que con el conducto ileal y la derivación continente, los uréteres se conectan a la neovejiga. La diferencia es que la neovejiga se conecta a la uretra. Esto permite que el paciente orine normalmente.

Después de la cirugía, muchos hombres presentan un daño vasculonervioso que provoca la pérdida de las erecciones. Es posible que ésto mejore con el transcurso del tiempo. Por lo general, entre más joven sea un hombre, más probabilidades tendrá de recuperar la erección. Los hombres menores de 60 años (y especialmente aquellos menores de 50) tienen tasas más altas de recuperación que los hombres de mayor edad. Las técnicas quirúrgicas más recientes pueden reducir la probabilidad de impotencia.

Inmunoterapia intravesical

La terapia intravesical significa que un tratamiento se coloca directamente en la vejiga (a través de un catéter) en lugar de administrarse por la boca o inyectarse en una vena. El Bacillus Calmette-Guerin (BCG) es la terapia intravesical utilizada con más frecuencia para el cáncer de vejiga. Este tratamiento causa que las defensas naturales propias del cuerpo (sistema inmunitario) ataquen el cáncer de vejiga. También se pueden usar medicamentos de quimioterapia en la terapia intravesical.

Por lo general, las instilaciones de BCG se realizan una vez a la semana durante seis semanas. Algunas veces se administra terapia de mantenimiento con BCG a largo plazo. La terapia BCG se puede administrar junto con una resección transuretral del tumor.

Quimioterapia intravesical

Para este tratamiento, se administran medicamentos contra el cáncer directamente en la vejiga a través de un catéter intravesical. Estos medicamentos que se administran de esta manera afectan principalmente las células que cubren la vejiga con poco o sin ningún efecto a las células localizadas en otros lugares. Los medicamentos que se administran en la vejiga tampoco pueden alcanzar las células cancerosas que se encuentran en los riñones, los uréteres y la uretra, u otras que pudieran haberse propagado a otros órganos. Por esta razón se usa la quimioterapia intravesical sólo para los cánceres la vejiga no músculo invasivos. Este tratamiento utiliza medicamentos que destruyen activamente las células cancerosas en crecimiento. Muchos de los mismos medicamentos se administran sistémicamente (por vía oral o intravenosa) para tratar las etapas más avanzadas del cáncer de vejiga.

Una de las principales ventajas de administrar quimioterapia en la vejiga en lugar de administrar una inyección en el torrente sanguíneo, consiste en que los medicamentos usualmente no son absorbidos. Esto evita muchos efectos secundarios indeseables que pueden ocurrir con la quimioterapia sistémica.

Quimioterapia

La quimioterapia es el uso de medicamentos para tratar el cáncer. Los medicamentos entran en el torrente sanguíneo y circulan por todo el cuerpo.