Hiperplasia Benigna de Próstata

La Hiperplasia Benigna de Próstata es un crecimiento anormal de la próstata que comúnmente afecta sólo a dos especies: el hombre y el perro. Aunque el desorden es casi universal entre los hombres viejos, el origen de este proceso todavía se desconoce.

Hoy en día nadie pone en duda que la hiperplasia prostática benigna es un proceso con una etiología multifactorial, donde la edad y las hormonas (testosterona) desempeñan un papel fundamental en el crecimiento anómalo de esta glándula.

Todos los hombres que vivan bastante desarrollarán un hiperplasia benigna de próstata microscópica, es decir, que se puede verificar mediante el estudio celular microscópico de la misma, pero sólo un 50% tendrán una hiperplasia de próstata macroscópica (es decir que el tamaño de la próstata estará realmente aumentado). De este último 50%, aproximadamente un 50% de ellos tendrán problemas clínicos identificables con síntomas muy característicos.

La principal causa de la hiperplasia benigna de próstata es causada por la obstrucción que produce esa glándula aumentada de tamaño a la salida de la orina de la vejiga.

En una fase temprana del proceso el paciente, por lo general, presenta muy pocos síntomas dado que la vejiga aún es capaz de compensar el aumento de la resistencia al flujo urinario. Sin embargo, a medida que avanza la obstrucción, se instala una constelación de síntomas conocidos genéricamente con el nombre de “prostatismo” causados por síntomas obstructivos. Estos síntomas son muy conocidos por muchos hombres de edad y son los que en muchas ocasiones hacen que el paciente acuda a la consulta: dificultad y retraso en el inicio de la micción, disminución del calibre y fuerza del chorro miccional, micción intermitente o prolongada, goteo postmiccional, sensación de vaciamiento incompleto, retención urinaria, o incluso incontinencia por rebosamiento. La mayoría de estos efectos se deben a que la uretra se estrecha, por lo que hay que hacer más fuerza para orinar.

La obstrucción se asocia con una disminución de la distensibilidad vesical, es decir, que la próstata se vuelve más “sensible” a retener la orina. Todos estos cambios se combinan para provocar la aparición de los síntomas irritativos que a menudo preocupan más a los pacientes: la disminución de la capacidad funcional de la vejiga y la aparición resultante de tener que ir muchas veces a orinar pocas cantidades, urgencia miccional o la necesidad repentina de tener que orinar, nocturia o levantarse múltiples veces por la noche, e incontinencia con urgencia. Los síntomas irritativos suelen ser el reflejo de contracciones involuntarias de la vejiga.

Síntomas de la Hiperplasia Benigna de Próstata

 

El tamaño de la próstata no determina la severidad de la obstrucción de la vejiga o la Hiperplasia Benigna de Próstata clínica. Además, la simple reducción del tamaño de la próstata no implica necesariamente la mejoría sintomática de los hombres con Hiperplasia Benigna de Próstata. De cualquier manera, todo aquello que reduzca el tamaño de la próstata será de gran ayuda para el alivio de la sintomatología del paciente. Todo ello se produce porque depende de la capacidad de adaptación que tenga la vejiga para luchar contra la obstrucción que se supone es la próstata. Es como ponerle un “tapón” a un grifo que se intenta abrir.

En algunos casos, puesto que no se vacía bien la vejiga, se acumula orina en la vejiga e indirectamente se pueden afectar los riñones por no poder eliminar adecuadamente toda la orina.

También, porque al no evacuar adecuadamente la orina de la vejiga, se favorece la proliferación de gérmenes que están en la orina y por tanto de tener una infección.

Evidentemente. Todo paciente mayor de 50 años que acude a urgencias con un sangrado por la orina deberá ser estudiado para descartar que no es una hiperplasia benigna de próstata. También hay otras causas importantes de hematuria como son el cáncer de próstata, las litiasis, los tumores de vejiga…

Ha habido mucha polémica en los últimos años sobre si se debía realizar un chequeo de próstata con PSA (Antígeno Prostático Específico) a todos los hombres dado que la realización de esta prueba sanguínea incrementaba la detección de muchos cánceres de próstata indolentes (no agresivos) y se sometía a los pacientes a tratamientos innecesarios con efectos secundarios.

De cualquier forma, consideramos que es importante que un hombre se someta a una revisión anual de su próstata

Pruebas Diagnósticas de la Hiperplasia Benigna de Próstata

 Es recomendable en todo varón mayor de 50 años, con o sin sintomatología de prostatismo, las siguientes pruebas: tacto rectal, un análisis de sangre que incluya el antígeno prostático específico y/o una ecografía urológica para medir el tamaño de su próstata.

Aparte de una historia clínica que le pregunte por sus antecedentes familiares y las enfermedades más significativas que usted ha padecido se le hará una serie de preguntas relacionadas con su próstata.

Existe una lista de 7 preguntas que en función de su puntuación guían al urólogo para conocer si sus síntomas son importantes o no; es el IPSS o el Índice Internacional de los Síntomas Prostáticos.

Análisis de Sangre. Fundamentalmente nos indicará sus niveles de PSA (antígeno prostático específico) y su estado general. También nos indica de una forma indirecta problemas relacionados con la función de sus riñones en relación con la dificultad de orinar por la vejiga por un crecimiento prostático.

Tacto Rectal. Consiste en la introducción de un dedo en el recto para tocar su próstata. Esta prueba no causa dolor y permite evaluar el tamaño de su próstata, su consistencia, la presencia de zonas dolorosas, e incluso descartar que usted tenga un cáncer de próstata u otras anormalidades.

Ecografía es una prueba radiológica que a través de los ultrasonidos permite ver la anatomía de los riñones, vejiga y próstata. También nos indica el tamaño de estos órganos y las anormalidades que pudieran presentar.

Flujometría es una prueba que consiste en hacerle orinar en un recipiente que está conectado a un aparato que mide la cantidad de orina que expulsa durante un tiempo. En resumen, esta prueba indica la velocidad y fuerza con que sale la orina. Lo normal es que la orina salga rápida y con cantidad, pero si usted tiene un problema prostático que impide que esa orina salga normal, se apreciará que sale menos cantidad y más despacio. Esta prueba es muy sencilla de realizar y se hace de forma ambulatoria.

Urografía intravenosa es una prueba radiológica que consiste en la introducción de un contraste en una vena del brazo que a través de la circulación sanguínea llega a los riñones y se elimina por ellos. De esta forma se dibujan los riñones, la vejiga y la silueta prostática. En algunas ocasiones se solicita en el paciente prostático cuando dice que ha orinado sangre o cuando existen dudas sobre otras enfermedades urológicas. Esta prueba permite detectar el agrandamiento prostático y si tiene repercusión sobre la vejiga y en algunas ocasiones la repercusión que tiene sobre los riñones.

Biopsia de próstata. En algunos casos, el diagnóstico de crecimiento benigno de próstata es complicado dependiendo si el PSA está aumentado o si el tacto rectal es anómalo. Ante cualquier duda lo aconsejable es realizar una biopsia de próstata. Se hace a través de un ecógrafo transrectal, donde se introduce una aguja de biopsia para tomar muestras de tejido prostático. Dado que la próstata tiene dos lóbulos se toman muestras de ambos lóbulos. Es una prueba un poco molesta, pero se puede usted marchar a casa si no hay ninguna complicación que por lo general son infrecuentes.

Cistoscopia es una prueba que consiste en la introducción de un aparato (cistoscopio) por la uretra para llegar a la vejiga y poder ver directamente cómo está esa vejiga. Durante la introducción se puede a su vez visualizar la uretra y la zona de la próstata que está en contacto con la uretra. También se puede apreciar si la próstata ha aumentado mucho de tamaño ver ese crecimiento puesto que en lugar de ver un orificio simple se verán los lóbulos de la próstata rellenando ese orificio. Esta prueba es mínimamente molesta pero fundamental cuando existen sospechas de otras enfermedades de la vejiga para descartar estos procesos.

 

¿Hay relación entre la Hiperplasia Benigna de Próstata y la disfunción eréctil?

Hay relación puesto que los pacientes que toman medicación para la disfunción eréctil tienen mejoría de sus síntomas de próstata. Parece que hay factores que ambas enfermedades comparten. En algunos estudios, padecer de Hiperplasia Beninga de Próstata duplica el riesgo de tener disfunción eréctil.

Tratamiento de Hiperplasia Benigna de Próstata

 Hay varios tratamientos que dependen fundamentalmente de la sintomatología del paciente, la edad, el tiempo de evolución, las enfermedades que padezca, etc. En principio hay dos opciones básicas de tratamiento: el tratamiento medicamentoso y la cirugía. Dentro de cada apartado habrá que distinguir a su vez múltiples opciones que comentaremos.

Muchos pacientes son evaluados en consulta y su nivel de sintomatología es muy bajo por lo que en este período no necesitarán obligatoriamente tratamientos. A medida que su sintomatología progresa se evaluará la necesidad de tratamiento.

El tratamiento quirúrgico de la HBP siempre queda en segunda opción. Cuando el tratamiento con medicamentos no ha aliviado suficientemente los síntomas o cuando la sintomatología del paciente le impide realizar una vida casi normal, son candidatos claros a la cirugía. También los pacientes que tienen que utilizar sonda permanente por haber sufrido una retención aguda de orina, los que han tenido un sangrado al orinar (hematuria), infecciones urinarias de repetición, cálculos de vejiga o una afectación de los riñones causada por la próstata.

Existen varios tratamientos con medicamentos en la HBP. Hay tratamientos con fármacos específicos que actúan relajando el tracto urinario inferior y mejorando la fuerza del chorro de la orina (alfabloqueantes), otros relajando la vejiga para disminuir la frecuencia miccional, la fitoterapia (extractos de plantas) y el tratamiento hormonal específico.

Tanto la próstata con su músculo liso como el cuello de la vejiga tienen unos receptores alfa que son unos elementos que regulan la contractilidad de esos tejidos. Si administramos alfa-bloqueantes, se produce una mejoría del flujo urinario en gran parte de los pacientes por la menor obstrucción prostática y como también relajan la musculatura de la vejiga, se sentirán mejor.

 

¿Qué es una retención aguda de orina?

 Es la situación que se produce cuando existe imposibilidad de orinar a pesar de tener la vejiga llena de orina. Se produce sobre todo debido a un problema de la próstata que llega a cerrar la uretra impidiendo la salida de la orina. El tratamiento es el sondaje del paciente dejando la sonda para evitar que vuelva a padecer la misma situación.
 

¿Tienen algún efectos secundario los alfabloqueantes?

 Uno de los efectos secundarios más llamativos es la eyaculación retrógrada que consiste en la eyaculación hacia la vejiga. No supone una disminución de la potencia sexual ni alteración ni pérdida de placer pero afecta a muchos pacientes por lo inesperado y algunas veces, por la sensación de anormalidad. Al dejar de usarlos, se recupera la eyaculación.
 

¿Qué es lo que hace la fitoterapia?

 La fitoterapia, o el tratamiento con extractos de plantas, se emplea desde hace mucho tiempo. Estos tratamientos mejoran la sintomatología prostática aunque los mecanismos de actuación no son muy conocidos. Es un tratamiento totalmente inocuo para el paciente.

Cirugía de la Hiperplasia Benigna de Próstata

 Se pueden distinguir dos modalidades tradicionales de tratamiento quirúrgico de la próstata, que son: la resección transuretral de la próstatay la cirugía abierta de la próstata.

En los últimos 15 años, se ha incorporado la cirugía con técnica Láser, que ha revolucionado el tratamiento de esta enfermedad.

La cirugía es, con gran diferencia, el tratamiento más resolutivo de la hiperplasia benigna de próstata. Su misión principal es eliminar el aumento de tejido que se ha producido con los años y por tanto eliminar esa obstrucción o “tapón” a la salida de la orina de la vejiga.

La mayor diferencia entre los dos tipos de cirugías convencionales está en que la resección transuretral de la próstata no necesita “abrir” al paciente sino que se realiza a través de la uretra mientras que la prostatectomía abierta se realiza mediante una incisión en la parte inferior del abdomen para llegar a la próstata.

Le elección entre la resección transuretral de la próstata (RTU) y la cirugía abierta se basa, fundamentalmente, en el tamaño de la próstata.  En próstatas grandes es mejor la cirugía abierta porque permite mejor la extirpación de la misma. En estos momentos, el láser permite realizar cualquier procedimiento en la próstata independientemente de su tamaño.

 

¿Cuándo me operan de próstata me quitan toda la próstata?.

 Cuando usted es sometido a una intervención quirúrgica de hiperplasia benigna de próstata tanto por cirugía abierta, endoscópica o por Láser se elimina únicamente el exceso de tejido que ha crecido.

A modo de ejemplo: si su próstata fuese una naranja, lo que se procede a eliminar es la naranja pero la “cáscara” o piel permanece. También esto tiene implicaciones porque en esa piel que permanece puede surgir un cáncer de próstata por lo que tendrá que seguir revisiones prostáticas continuas.

 

¿Después de operarme de próstata me puede volver a crecer la próstata?.

 Sí, es posible. Aunque es infrecuente, con los años puede usted volver a tener problemas de sintomatología prostática. En las técnicas de enucleación prostática por Láser así como en la cirugía abierta es altamente infrecuente puesto que se elimina gran cantidad de la próstata.

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