Láser Prostático

LÁSER EN EL TRATAMIENTO DE LA HIPERPLASIA BENIGNA DE PRÓSTATA

 

El desarrollo de nuevos láseres con mayor potencia y menos efectos secundarios ha cambiado radicalmente el tratamiento quirúrgico de la hiperplasia benigna de próstata (HBP). La próstata va creciendo de forma benigna en todos los hombres a medida que envejecen causando esta “Hiperplasia” o agrandamiento. La principal sintomatología es producida por la obstrucción a la salida de la orina de la vejiga. A medida que avanza la obstrucción aparecen síntomas muy conocidos por muchos hombres de edad: dificultad y retraso en el inicio de la micción, disminución del calibre y fuerza del chorro miccional, micción intermitente o prolongada, goteo postmiccional, sensación de vaciamiento incompleto de la vejiga, retención urinaria, incontinencia o levantarse por la noche a orinar múltiples veces.

El tratamiento quirúrgico de la HBP siempre queda en segunda opción cuando el tratamiento con medicamentos no mejora los síntomas del paciente. La misión principal de la cirugía es eliminar el aumento de tejido prostático para mejorar la salida de la orina de la vejiga. Las técnicas tradicionales (resección transuretral o cirugía abierta) conllevan un riesgo de complicaciones y requieren una hospitalización entre 3 y 7 días.
La cirugía Láser elimina el tejido de la próstata agrandada mientras realiza una fotocoagulación simultánea de los vasos sanguíneos, evitando prácticamente la posibilidad de sangrado. Hay 3 tipos de láseres en el mercado con resultados probados en eficacia y con muy pocos efectos secundarios.

Las principales ventajas de la cirugía láser son: ingreso hospitalario mínimo, virtualmente sin pérdida de sangre, alivio rápido de los síntomas, sondaje vesical mínimo y ausencia de incontinencia y disfunción eréctil. La nueva generación de láseres como el láser de Tulio permite realizar técnicas quirúrgicas avanzadas como la enucleación de la próstata que posibilita operar próstatas de gran tamaño.

 

ENUCLEACIÓN DE PRÓSTATA

 

La técnica llamada “Enucleación de próstata” elimina con gran eficacia el gran volumen de tejido prostático; es como si separásemos una naranja de su cáscara (la naranja representa el crecimiento de la próstata que se ha producido con los años). El láser, con su capacidad de coagular y su precisión, permite descolgar el adenoma de próstata que se deja caer en el interior de la vejiga. Para poder sacar al exterior ese gran volumen de tejido, se utiliza un aparato llamado morcelador, que se introduce en la vejiga y actúa como un triturador. A diferencia de la cirugía radical de próstata, realizada en pacientes con cáncer donde se extrae toda la próstata incluida su cápsula, en la cirugía de la hiperplasia benigna de próstata se deja esa cápsula fibrosa o “cáscara” de la naranja.

Las ventajas de esta cirugía son claras en comparación con la cirugía abierta: frente a un ingreso de 5 ó 7 días, una alta probabilidad de sangrado o una herida infrapúbica, el paciente se suele marchar en 24-48 horas, con baja probabilidad de sangrado y una recuperación  mucho más rápida. En pocos años, esta cirugía sustituirá la mayoría de los procedimientos de cirugía abierta de la hiperplasia benigna de próstata.